¿Qué es el Coaching?
No es necesario tener un trastorno o patología para dirigirse a un profesional de la psicología. De hecho, precisamente el Coaching NO es una terapia, sino una metodología que se aplica en personas sin alteraciones clínicas para promover el autoconocimiento y el desarrollo personal.
Algunos de los motivos por los cuales las personas se interesan en hacer Coaching son:
- Incrementar y reforzar nuevas habilidades y actitudes (hablar en público, mejorar las habilidades sociales, desarrollar liderazgo, mejorar la comunicación…)
- Cambiar de trabajo o pareja.
- Instaurar nuevos hábitos (dejar de fumar, ponerse en forma…)
- Otros objetivos personales: Escribir un libro, conseguir metas deportivas, conciliar vida personal y profesional.
Habitualmente las personas que buscan un Coach lo hacen después de diversos intentos no exitosos de conseguir sus objetivos, siendo uno de los principales beneficios de esta intervención la identificación y superación de los obstáculos, para proporcionar un escenario totalmente diferente. Por otra parte, un proceso de Coaching permite también descubrir nuevas metas que sitúan a la persona en un estado de crecimiento para mejorar el desarrollo de sus competencias.
¿Cómo lo hacemos en ADIR?
Un proceso de Coaching suele durar entre 4 y 10 sesiones, y consiste generalmente en 4 fases:
- Definir la meta
- Explorar de forma descriptiva la situación presente (analizar complejidades y limitaciones)
- Evaluar opciones y alternativas
- Establecer compromisos (determinar qué se hará y cuándo)
En función del caso, también es posible pactar el seguimiento de los planes de acción y la fase de consolidación de aprendizajes.
Hay diversos tipos de Coaching y diferentes perfiles profesionales que lo ofrecen entre su cartera de servicios, en ADIR contamos con una psicóloga experta que utiliza la metodología Coaching Psychology, una subdisciplina de la Psicología en la que convergen modelos y enfoques contrastados del coaching, con orientaciones y enfoques psicológicos basados en la evidencia. Este hecho es un dato diferencial, ya que ofrece la garantía de la competencia para poder gestionar de forma eficiente cualquier situación emocional compleja que se derive del proceso o que surja durante el mismo, de manera que no afecte negativamente a los resultados.